Historia[]
Pasado[]
Hija menor de una larga estirpe de vampiros pura sangre, por parte de su madre y descendiente directa de Lucifer. Pese a que ella y su hermano proceden de distintas madres se adoran mucho, y han demostrado tener el mismo potencial. Desde su nacimiento fue entrenada en la mansión de su padre junto a su hermano, a quien desafiaba a luchar de vez en cuando perdiendo estrepitosamente en cada encuentro. Su vida fue bastante tranquila hasta los siete años, momento en el que Volker asesina a su propio padre, ganándose el exilio de la familia y desapareciendo de la vida de Noelle quien nunca aceptó la separación con su hermano, pero debió permanecer al lado de su madre.
A sus diez años comenzó a desarrollar su potencial como demonio, sin poder controlar su fuerza y volviéndose extremadamente peligrosa con todos, incluso atacando a su madre en las ocasiones que perdía la razón y solo dejaba fluir el instinto. Para esto su madre, creó un Rosario especial que adormecería sus poderes demoníacos y vampíricos, dejándola con la apariencia de una simple humana. Aún asi, nunca dejo de adiestrarla en cuanto a técnicas se refería. Así pasaron los años y Noelle disfrutaba aquel tipo de vida pues su madre, pese a ser una vampiresa de pura casta, parecía más una simple bruja de la época y su parecido con la Noelle vampírica era tal que, buscando a la joven sellada, acabaron asesinando a su madre creyendo que era la heredera. Furiosa por presenciar dicho asesinato Noelle fue incapaz de controlarse, liberando su verdadera esencia pese al rosario que aún prendía en su pecho y haciendo una verdadera matanza en la casa, dejando de lo infiltrados poco más que su sangre y huesos. Fue entonces cuando su control elemental despertó. Al saber que había sobrevivido fue su propio sirviente quien convenció al resto de la familia para que la sellasen, y fue quien intentó darle muerte sin éxito. Dicha batalla acabó con una derrota por parte de él y una cicatriz que, hasta el momento, Noelle sigue portando.